Después de 2,5 años en la universidad he desarrollado la teoría de que un examen tiene varias similitudes con una batalla.
En primer lugar está el periodo de preparación, en el que los soldados tienen que entrenarse duro, día tras día, para poder ir algún dia a la guerra. El entrenamiento es bastante duro y tiene que realizarse con bastante antelación para no llegar desprotegido a la batalla.
Al final, llega la batalla para la que te has estado preparando 4 meses, los nervios no perdonan pero hay que estar firme para no ser alcanzado por una flecha perdida.
La batalla comienza, y es que el entrenamiento previo es muy importante, pero siempre puede pasar cualquier cosa: es posible haber estado entrenando duro durante los 4 meses y que de repente te claven un puñal por la espalda en un acto de cobardía, entonces, por mucho que te hayas entrenado seguramente morirás.
También podemos ganar la batalla, unas veces más ajustado que otras, incluso en algunas, aunque no nos hayamos entrenado bien se puede ganar, pero esto no es lo normal.
Tras la batalla llega el desenlace: puede que hayamos ganado la batalla, puede que la perdamos. También es posible que, aunque la batalla parezca ganada se pierda o al contrario, perder sin esperarlo.
Algunas veces, la batalla parece perdida, pero con una reunión de líderes en el reino enemigo se puede llegar a un tratado de paz revisando el resultado de la batalla, para estos temas están los expertos en convencer al lider enemigo del tratado.
2022: Un año para recordar
Hace 1 año
2 comentarios:
Y algunas otras veces, y contra todo pronóstico... el enemigo se convierte en aliado cambiando de este modo la situacion de la batalla y pudiendo alterar el mismísimo resultado de la guerra.
Sr. Clorofila.
el problema es que no todo el mundo va a esa guerra con la misma potencia de fuego...
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