martes, 13 de diciembre de 2011

Echando la vista atrás

Hacía ya bastante que no escribía por aquí, unos 7 meses. El blog está un poco caído en el olvido, pero nunca está de más echar la vista atrás. De hecho tengo curiosidad de ver quién se da cuenta de que he publicado jeje. Tal vez me de la venada y me vuelva a poner a escribir, que hay que regar el arbolito de vez en cuando.


Muchas cosas han pasado desde que lo inauguramos, no podría incluso acordarme de todas ellas. Los años nos han ido haciendo más maduros, otras personas, pero siempre mantendremos esa pasión que teníamos desde el primer día.

Atrás quedan los recuerdos, unas vidas pasadas que dan lugar a otras nuevas. Ahora nuestros caminos empezarán a divergir con el tiempo, viviremos nuevas experiencias y muchas cosas que todavía están por llegar.

Echando la vista atrás, me doy cuenta de todo lo que he aprendido estos años. Y es curioso, el CPS, siendo lo que más horas me ha robado, es lo que menos está en mi cabeza, es como un vago recuerdo, como un sueño olvidado. Lo que realmente está grabado a fuego es la gente y los momentos tan maravillosos que hemos vivido.

Viajes, fiestas, gente que venía, gente que se iba, amistades, etc. Si a todo esto le sumamos el erasmus, todo ello da lugar a una parte enorme de mi vida.

A veces echo la vista atrás, y me pongo melancólico pensando en los años pasados. En cómo la vida fue más fácil a veces, en cómo a veces la vida era tan bonita que no había ninguna preocupación (aunque no debe irse de las manos con defenestraciones). Y lo piensas, y eso ya pasó, esos momentos son solo parte del pasado.

Te das cuenta de que te haces mayor, de que empiezas una etapa de tu vida distinta, probablemente mucho más difícil. Pero vivir en el pasado no sirve de nada, no puedes quedarte atrapado en tu propio sueño, hay que saltar al vacío.

Los recuerdos, son eso, recuerdos. Y nos podrán apoyar en ciertos momentos de la vida, pero nunca imponerse a los recuerdos que estemos creando en ese momento. Si no nos enfrentamos a la nueva vida, nos quedaremos atrapados donde estamos.

La vida de estudiante es sencilla, y es muy fácil aplicar el Carpe Diem, pero la vida más adulta a veces nos lo pone difícil. Es muy fácil caer en una rutina y no salir de ahí, dándote cuenta un día de que se te ha ido el tiempo.

Por ello, hay que luchar cada día un poco por lo que se quiere, dedica aunque sea 10 minutos al día para tus sueños, esfuérzate. La vida no te va a recompensar si no haces un esfuerzo, no podemos estar esperando a que nos caiga del cielo lo que queremos. No dejes que nadie te frustre, haz lo que a ti te de la gana. Vive aventuras, haz que cada día cuente.

Y todo esto, ¿por qué? os preguntaréis. Me he visto a mí mismo cayendo en la rutina, acomodándome a una vida que no cumple del todo mis sueños. Ahora estoy en una posición cómoda, trabajo, tengo mis dinerillos, mis amigos están ahí... pero creo que me hace falta un poco de acción y aventura. Recuerdo aquellos días del erasmus, en los que cada fin de semana podía ser una nueva aventura, muchas de ellas inolvidables. A ver, aquí también puede suceder, pero tengo miedo de mí mismo, de acomodarme a una vida y pasar los días sin más. Por ello, en cuanto vea la oportunidad de vivir nuevas aventuras, tened por seguro que me embarcaré a vivirlas.